19/09/2017
Uno de los temas principales en el mercado durante este 2017 está siendo el de las criptomonedas. En medio del cada vez mayor número de advertencias sobre una posible burbuja del bitcoin, que algunos amenazan con que puede ser la mayor de la historia, algunas voces también advierten de que los grandes bancos centrales no pueden seguir ignorando el boom que se ha generado.
Mario Draghi, presidente del BCE, ya advirtió a Estonia de que no podía emitir su propia criptomoneda y desde el Banco de Pagos Internacionales (BPI) aseguran que las autoridades monetarias mundiales no pueden ignorar el crecimiento de las divisas digitales. Asimismo, aseguran que en algún momento tendrán que considerar si tiene sentido o no que emitan sus propias criptomonedas.
"En menos de decada, el bitcoin ha pasado de ser una curiosidad a convertirse un nombre bien conocido", explican desde BPI. Esta advertencia llega en medio de una nueva montaña rusa del bitcoin. Solo en el mes de septiembre, el Bitcoin ha llegado a superar los 4.900 dólares, a quedar por debajo de los 3.000 dólares y a ahora situarse al borde de recuperar los 4.000 dólares.
Estos vaivenes han venido acompañados de un aumento del valor de las transacciones diarias -que ya superan los 800 millones de dólares- y de la capitalización, que supera los 150.000 millones de dólares, lo que supone prácticamente doblar la capitalización de, por ejemplo, Banco Santander.
"Aunque parece improbable que el bitcoin o sus comparables desplacen las divisas soberanas, han demostrado la viabilidad de esta tecnología", reflexionan en el BPI. "El capital riesgo y las instituciones financieras están invirtiendo fuertemente en este tipo de proyectos que buscan crear nuevos servicios financieros así como en ejecutar otros antiguos de manera más eficiente", completan.
Así, en medio de las advertencias de algunos sobre las burbujas y los avisos de otros sobre su fuerza transformadora y disruptiva para el sistema de pagos, la banca y las empresas financieras en general, las criptomonedas se han convertido en un tema a vigilar para los bancos centrales.
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